domingo, 11 de septiembre de 2016

Planta de biomasa de Allariz: un ejemplo ignorado ... aquí.

Biomasa, un símbolo en la lucha contra el fuego.



















La central de biomasa forestal residual de Allariz, Allarluz S.A. (ver PDF) comenzó en 1998 con polémica social y mediática.
Situada en el parque empresarial de Chorente, funcionó en la práctica como un plan piloto puesto que sólo había una experiencia similar en Cataluña.
Desde ese momento y con una conciencia cívica e institucional hacia las energías alternativas cada vez mayor, Allarluz se erige como un punto de referencia para proyectos similares de iniciativa pública y privada.
El sistema es esquemáticamente sencillo, al igual que su filosofía.
Se trata de producir electricidad a partir de la combustión de biomasa, principalmente las malezas y los productos obtenidos de la limpieza de los montes y, en diferentes ocasiones, productos secundarios como serrín, corteza de pino o restos de madera de construcción.

La biomasa primaria, obtenida a partir de limpieza forestal y de restos de cortas y podas, constituye en la actualidad el 100% de la materia que alimenta este cogeneración.
Cumplióse, en ese sentido, el objetivo inicial del proyecto, que no alcanzó, sin embargo, un resultado óptimo desde el punto de vista local. La necesidad de aumentar el capital privado en la empresa Allarluz significó una pérdida de control público que, junto con los cambios en las regulaciones, dejar insatisfecha a la administración municipal en temas relacionados con repercusiones ambientales.
Alimentar la planta con biomasa primaria, pero no siempre de Allariz y su entorno, va en contra del espíritu del proyecto por el coste energético del transporte, señala el concejal de Medio Ambiente, Bernardo Varela, en una evaluación retrospectiva.
Otro de los objetivos municipales que no llegaron a realizarse es el aprovechamiento calórico de la central, un potencial que hay que sumar a la potencia eléctrica obtenida a partir del vapor de agua.
Para obtener rendimiento del potencial térmico el ayuntamiento estudió varios proyectos, desde un criadero de anguilas al acondicionamiento de agua de la piscina cubierta o la calefacción de un grupo de viviendas de protección oficial, pero por razones diferentes en cada caso, los proyectos no se desarrollaron.
La planta de biomasa nació de una inversión municipal del 40,61 por ciento y contribuciones de Sodiga, Fenosa, Endesa, Idae, Inega y Engasa.
En la actualidad, la empresa mayoritaria es  Norvento empresa especializada en energías renovables, y tienen participación Engasa y el propio Concello.
La capacidad de producción es de 2,5 megavatios.
Más allá de su rendimiento de energía económica, este podría ser optimizado -doblar la capacidad a 5 megavatios permitiría duplicar la producción con el mismo personal y material, pero requiere una inversión significativa.
Su balance incluye otros temas: La actividad de Allarluz inició un proceso de limpieza de montes que ayudo a reducir los incendios y favoreció la creación de otros planes en el sector primario.
Además, su condición de empresa piloto la convirtió en laboratorio -de éxitos y errores- para otras iniciativas.
Con la perspectiva de dieciséis años de actividad, la planta de biomasa es valorado por el  Concello como una de las herramientas para erradicar el fuego y dar paso a un desarrollo rural sostenible y enriquecedor del entorno natural.
En la lucha contra incendios, el Concello propuso un enfoque integral, que se refleja indirectamente en muchos de los proyectos incentivados en las parroquias, desde el Ecoespacio de Rexo a la explotación ganadera de Penamá.

Podas de limpieza de montes. (Ver más fotos)
La creación de una brigada ambiental municipal en el principio de los noventa permitió, un plan de acción de poda de montes que facilitaron la intervención en 250 hectáreas de tierra cada año.
Esta actuación inicial, de emergencia, abrió caminos y creo zonas limpias para evitar la propagación de incendios.
Una intervención secundaria, más estable en el tiempo, jugó un papel decisivo en la eliminación de un combustible peligroso del suelo y para obtener de él una doble rentabilidad.
Por un lado, su uso como fuente de energía en la planta de biomasa Allarluz; por el otro, limpieza de terrenos con maleza, recuperando su uso tradicional como pastos, convirtiéndose de paso, en  zonas que puedan albergar las granjas.
Esa brigada originalmente de limpieza ambiental mantiene sus funciones hasta 2013, cuando se integra en un proyecto más amplio personalizado en los Grupos municipales de  intervención rápida (GRUMA).
Desde ese año y, como resultado de los cambios impuestos por administración regional, el Concello mantiene activa una reducida brigada de medio ambiente que asume la prevención y la intervención en los incendios, pero sin la capacidad de los dispositivos anteriores.
La creación de la empresa municipal Medialsa; que se vio abocada a desaparecer para cumplir las nuevas normas estatales sobre la racionalización de la administración por ser una empresa pública de segundo nivel, constituyó otra potente herramienta para continuar las labores de limpieza y avance medioambiental.
Las principales contribuciones fueron la gestión de la brigadas para la limpieza de montes y la puesta en marcha de iniciativas de desarrollo del sector primario, como una granja ecológica de cabras en la parroquia de Queiroás.

Cuantitativamente, el balance de la lucha contra el fuego no ha sido negativo durante los últimos 25 años. En 1989 se quemaron en el término municipal 3.000 hectáreas. La tasa se redujo, con 30 hectáreas quemadas en 2006; 0,5 en 2007; 200 en 2012 y 80 en 2013. Por otra parte, se fue creando una conciencia social que se refleja en la movilización contra la ola de incendios que afectaron a toda Galicia en 2006.
Un año antes, y como resultado de un repunte en los incendios, el Concello de Allariz se adelantó al movimiento ciudadano que surgiría después creando una red de voluntarios ambientales que recorrieron los montes del concello en labores de vigilancia y prevención. Más de doscientos vecinos participaron en estas brigadas, y en 2006 sirvió como modelo para la estructura de la cooperación y el voluntariado promovido desde la Consejería de Medio Rural.

Reduciendo la factura con las renovables.
La producción de electricidad con biomasa o la purificación del agua de las piscinas municipales con rayos ultravioletas, son dos ejemplos de trabajo con energías renovables.
 Abrir caminos es una de las características que definen la experiencia de Allariz en los últimos 25 años.
 Intervenciones, medidas, propuestas e iniciativas posteriormente consolidadas en buena parte del territorio gallego dieron sus primeros pasos en la villa del Arnoia.

En algunos casos como proyectos pilotos amparados por otras administraciones; en otros luchando contra la inercia y, en todos ellos, con el convencimiento de que el progreso social debe conjugar el respeto a la naturaleza, el aprovechamiento de sus recursos con las herramientas tecnológicas contemporáneas y la toma de conciencia ciudadana.

Desde la primera apuesta por la recogida selectiva de basura, al sistema de rayos ultravioletas para la purificación del agua de la piscina climatizada, el concello lleva invertidos esfuerzos, euros y tiempo en ir un paso más allá en la apuesta por las energías renovables.

Las pequeñas y las grandes medidas adoptadas desde 1989 tienen como resultado numérico un dato muy ilustrativo: la producción eléctrica, mediante este tipo de energías, supuso, en determinados años, un 70% de toda la electricidad consumida en el término municipal.

La central de biomasa forestal instalada en el parque empresarial de Chorente reutiliza en su funcionamiento el 20% de la energía que produce; el resto se vende.

Un proyecto de I+D+i de la universidad de Santiago de Compostela propició la instalación en 2008 de un suelo radiante en el patio exterior de la fábrica, aprovechando el calor residual de las torres de refrigeración para reducir el grado de humedad y facilitar el secado del material que se utiliza como combustible.

En Rexo fue recuperada una pequeña central hidroeléctrica, y otras fuentes alternativas singularizan la producción municipal.
En la granja ovina se instalaron placas fotovoltaícas;  en el edificio de la quesería  y en el centro de educación ambiental, placas solares térmicas, entre otros sistemas con criterio de ahorro energético.


La piscina climatizada de Vilanova calienta parcialmente el agua con energía solar térmica que se obtiene de las placas fotovoltaícas instaladas en su cubierta, y emplea un sistema de rayos ultravioleta para purificación,  lo que permite reducir el consumo de cloro y la cantidad de agua que hay que renovar para su higienización, ahorrándose 10.000 litros de combustible al año para calentarla.

Un estudio municipal elaborado con datos de 2004 indica una producción, a través de biomasa, de 11.898.000 Kw/año y 993.210 procedentes de hidráulica, y un ahorro derivado de aplicación de energía solar de 150.000. Ese año, el consumo de energía eléctrica en todo el concello fue de 18.915.000 Kw y la producción propia con sistemas de energía renovable, 12.891.210 Kw, un 70% de las necesidades municipales.

(Traducción libre del Cap. 8.c de "ALLARIZ la construcción de un país." 1989-2014 Veinticinco años de acción transformadora. Autora: Mar Gil)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Participa, tu opinión importa.