domingo, 3 de mayo de 2015

Viendo los votos desde la barrera (01)

Esta campaña electoral y sus prolegómenos me han pillado mayor, desarraigado y excesivamente preparado para ser útil.
No por ello dejaré de responder (votar) al desafío de elegir entre la variada oferta disponible.
Las candidaturas se construyen en torno a un programa y a un equipo de candidatos, que se comprometen a llevarlo a la práctica (a poco que puedan).
Idealmente los puntos del programa tienen un orden de prioridad y plazos de cumplimiento.
¿Pero qué ocurre si pueden y no cumplen?.
¿Se hacen el harakiri, se flagelan o, al menos, dimiten de sus cargos por no cumplir?.
Parece que, en algunos casos, el único castigo es repetir en la candidatura en las siguientes elecciones, y con el mismo programa; sin límite de convocatorias.
Si el programa no es vinculante, el voto, e incluso su ausencia, suponen un cheque en blanco (sólo en sentido figurado) ... por imperativo legal.

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